(Como no pude conseguir la intro de la serie, al menos dejo este video que encontré en Youtube, el cual incluye el tema musical empleado en el programa)
domingo, 30 de agosto de 2009
Paréntesis: Si yo fuera mujer...
lunes, 24 de agosto de 2009
capítulo cuadragésimo: política animal III, los lobos
Primero dije “hermanos” y les tendí las manos;
sábado, 22 de agosto de 2009
capítulo trigésimonoveno: pedro el pastorcillo
jueves, 20 de agosto de 2009
capítulo trigésimo octavo: política animal II, las invasoras...
martes, 18 de agosto de 2009
capítulo trigésimoseptimo: un paseo por las nubes...
lunes, 17 de agosto de 2009
capítulo cero: ¿ética formal?
Según recuerdo, las acciones solamente tenían carácter ético si el realizarlas era nuestro deber, de lo contrario no tenían valor moral.
Y aún cuando ahora, el pensamiento "kantiano", o lo que sea que yo entendía por tal ya no me parece, en lo absoluto, no puedo negar que en la práctica es muy posible que siga ejerciéndolo.
Por ejemplo, no considero que mis acciones tengan buen fondo, más bien son otra manifestación del deber por el deber mismo. Si una persona anciana, enferma, embarazada o cargando a un niño se sube al bus en que viajo y yo voy sentado, le doy el lugar, pero no porque yo sea amable, simplemente cumplo con mi deber (explicándolo debe de sonar bastante tonto, debe...).
Cuando leí "El Túnel" de Ernesto Sábato, me pareció repugnante la opinión de Juan Pablo Castel con respecto a la limosna, a no darla quiero decir (o será que ya no recuerdo bien y estoy parafraseando equivocadamente al pintor que mató a María Iribarne), pero años después, ya no estoy tan seguro con respecto a la postura casteliana. Creo que depende. Últimamente me inclino por proveer, de manera selectiva, la ayuda práctica inmediata (o algún otro nombrecito categórico que haya querido darle).
Y así, con fastidio la mayoría de las veces, hago lo que consciente o inconscientemente considero mi deber, ya que de no hacerlo caería en la culpabilidad y su manifestación más amarga, el remordimiento.
sábado, 15 de agosto de 2009
capítulo trigésimosexto: otra vez heidi
jueves, 13 de agosto de 2009
capítulo cero: arrepentimiento
Arrepentimiento. Qué palabra más desagradable, hasta decirla es repulsivo, hasta pensarla, no digamos arrepentirse en sí.
sábado, 8 de agosto de 2009
Paréntesis: Unaminidad
jueves, 6 de agosto de 2009
capítulo trigésimoquinto: política animal
Hace unos días apareció un ratón en la casa. Por lo tanto, hubimos de tomar acciones consecuentes (aún cuando yo de consecuente, pues nada...). Lo primero que hizo la madre (no la de Máximo Gorki sino la mía...) fue tratar de envenenar a la criatura invasora. A los pocos minutos de colocado el veneno en una esquina, éste había desaparecido, así que presumimos que el intruso lo había consumido y estaría comenzando el proceso de eliminación. Pero no fue así. O era más de un ratón, porque el roedor volvió a ser avistado unas horas después, ya no en la cocina sino en el comedor. Ante tal situación decretamos un toque de queda y cerramos todas las puertas. Era imposible pasar más que con un salvoconducto que indicara que el visitante era humano. Así el ratón fue aislado. Ahora mismo no ha aparecido ningún cadáver, pero tampoco se ha visto nuevamente al roedor y comenzado a preguntarme... ¿será que nuestros métodos son aceptables? ¿hemos abordado la situación de la forma más adecuada?
He recordado mi infancia (nuevamente), y han venido a mi memoria imágenes de una convivencia pacífica entre un ser humano y un ratón (y no hablo de Walt Disney y Mickey Mouse, puesto que el primero explotó al segundo de manera inmoral): un hombre mayor llamado "Raulito" y un ratón joven de nombre Topo Gigio.
A lo mejor, las relaciones entre el ratón y nosotros, los otros, hubieran sido mejores si en vez de tratar de matarlo le hubiéramos mandado a fabricar unos muebles acordes a su tamaño y un guardarropa según su talla; si nos hubiéramos tomado el tiempo de conversar con él, conocer sus inquietudes, su fuero interno.
Pero no, nuestra primera reacción fue tratar de destruirlo.