martes, 27 de julio de 2010

capítulo cero: cero

Ciertamente, me pregunto, ¿cuál es la diferencia entre la vida y la muerte?

No es una pregunta afectada, ni una línea llamativa para atraer su atención (la de Vds., quienes quiera que sean). No. Es simplemente algo que ronda mi mente desde hace algún tiempo.

¿Por qué ronda mi mente? Bueno, porque ya no soy tan joven. Sí, soy joven, pero no tanto.

Y también porque he visto irse a otros. Y al decir "irse", quiero decir "morir". No los he visto agonizar, si he de ser preciso, pero sí he notado su desaparición física.

Todos hemos de morir, es algo con lo que nos familiarizamos. En mi realidad, nuestra (para quienes la comparten conmigo), es algo más que evidente, patente, de todos los días: cotidiano.

Pero el asunto es, si vamos a morir, ¿cuál es el objeto de todo? ya hace tiempo me lo respondí: ninguno. Talvez no se trate de un objeto, ni siquiera de un sujeto... ¿tal vez de un "adjeto" (neologismo absurdo o término que desconozco y por tanto asumo como inexistente)?

No es este alegato una especie de monólogo de "ser o no ser", ni de broma trato de establecer que aquí haya un dilema en ese sentido. Sólo me pregunto si hay una diferencia... ontológica creo que es la palabra, entre la vida y la muerte. Y sé que mi pregunta no puede ser respondida. A lo mejor sólo ignorada, pasada por alto. Pero es recurrente, y supongo que lo será hasta el fin de mis días, cuandoquiera que suceda. Mientras, sigo en el cero.