Penúltima extracción del Cazurro de Petoulqui, antes de su cierre definitivo. A partir del próximo post de "Del Cazurro...", estas entradas se quedan como parte de una serie sobre temas musicales (creo que voy a fusionar a "Del Cazurro..." la anécdota de "El trino del Diablo", y posteriores que traten sobre temas musicales; incluso, creo que también las anteriores reseñas del área musical que he publicado aquí en Las Aventuras de Petoulqui).
"Tomando en cuenta lo escrito por Gabriel Woltke en Drogoconfeso, me parece que se ha iniciado un buen tema de discusión acerca de la originalidad.
Lo que me interesa, en esta ocasión, es enfocarme en cuanto a lo novedoso en el arte, sea cual sea. No es mi intención determinar si existe algo nuevo bajo el sol, sino hacer énfasis en que no creo que eso sea tan importante. Para muestra un botón.
En el período clásico, Mozart fue famoso por sus variaciones sobre temas musicales archi-requete-contra conocidos. ¿Por qué? Pues, debido a que sus formas de tratar el tema eran interesantes. ¿Por qué? Porque tomaba lo que todos conocían y lo transformaba en algo completamente distinto e impresionante, por lo magistral de la organización de elementos complejos, íntimamente ensarzados con una expresión viva, humana.
Y en el siglo XX, se vio esta habilidad, o una muy similar en los jazzmen (y jazzwomen) por supuesto. He encontrado más de 50 versiones del jazz standard All the things You are y cada una es muy interesante. ¿Por qué? Pues ya lo expuse cuando traté sobre W. A. Mozart.
Pienso y sostengo que en la literatura es lo mismo y, ¿por qué no?, en las demás artes.
Esto me recuerda al chiste acerca del científico que va con Dios y le dice, 'ya no te necesitamos, hemos inventado un método para crear la vida a partir de la tierra.' Y Dios serenamente le responde, 'Felicidades, hijo. A ver cuándo aprendés a inventar tu propia tierra...'.
Los elementos se encuentran dispuestos, es nuestra tarea crear con ellos, no necesariamente inventar nuevos.
Así, como dijo Cincinato, 'laburemos'."
2 comentarios:
Quiero rescatar también este comentario que hizo claraq, de Asato Ma Sat Gamayo (http://asatomasatgamayo.wordpress.com/), en la entrada original:
"¿Ha visto la película Amadeus? Es un obra en la que se aprecia la genialidad de Mozart. En sí, la película es fenomenal, pero creo que se logra apreciar más si se es fanático de su música."
Y lo que respondí:
"Sí, vi Amadeus por primera vez cuando tenía 14 años. Mi maestro de Formación Musical de la secundaria nos mostró la película, pero por razones de tiempo nunca llegamos hasta el final.
Increíble como pueda parecer, Mozart era más genial de lo que Amadeus expone. A mí me gusta el filme, pero hay muchas cosas que no corresponden a la realidad. Me gusta más el Mozart que aparece en El Lobo Estepario de Hesse.
Sin embargo, guardo buenas memorias de Amadeus; debe ser por la nostalgia. Hasta hace unos años atrás, pensaba que Mozart era el más grande músico que haya existido, y si bien sostengo que W. A. Mozart es uno de los más grandes maestros de la música académica y el campeón indiscutible del período clásico (1750 - 1800), no se puede negar que hay muchísimos otros genios, antes y después, por mencionar dos nombres (dos de las B´s alemanas): J. S. Bach y L. Van Beethoven.
Pero sí, coincido en que Amadeus es un muy buen filme, entretenido y nos acerca a la figura y la música de W. A. Mozart. Creo que, como he señalado anteriormente, los filmes pueden acercarnos más a los libros de ciertos escritores y a la música de determinados compositores.
Realmente me alegra recibir un comentario tuyo en este post tan olvidado, y leer acerca de tus gustos musicales.
Viva W. A. Mozart, maestro de la variación y agotador del sistema clásico junto a Papa Haydn y Ludwig Van Beethoven (lo que vino después ya era otra cosa, la otra B alemana, Johannes Brahms era clásico pero "el más clásico de los románticos o... el más romántico de los clásicos).
Saludos."
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