La palabra “zombie” se origina en las religiones afrocaribeñas, específicamente en Haití. Se refiere a un ser humano muerto quien, sin embargo, continúa viviendo; es decir que se encuentra entre ambos estados y privado de su voluntad, puesto que es un peón, un esclavo de otro más poderoso.
En la literatura fantástica, de una manera algo distinta, aparecen muertos vivos en la obra de H. P. Lovecraft en la serie de cuentos del reanimador; quien, siguiendo la tradición iniciada por Mary Shelley, se dedica a retornar cadáveres a la vida.
Y en el cine, aún cuando ya existían algunas muestras previas, es determinante el debut de la cinta “Night of the living dead” que dio inicio no a una sino a dos franquicias de filmes acerca de muertos vivos. El director de “Night of the living dead”, George Romero, incluyó una fuerte carga de crítica social tanto en la película original como en sus secuelas, y exploró el proceso de deshumanización no solamente en los “zombies” sino también en los “seres humanos” vivos. Quien se tome el tiempo para ver “Night of the living dead”, “Dawn of the dead” (la original) y “Day of the dead”, se encontrará con una serie intensamente filosófica. Tomando en cuenta que la serie no contó con un grandioso presupuesto como los mega filmes actuales, no es de sorprender que algunas actuaciones sean burdas o algunos efectos especiales parezcan de aficionado; por ello, en el caso de la serie de “los muertos” es necesario “ver más allá de lo evidente”, como decía cierto conocido personaje de las caricaturas.
Al acercarme al género zombie por vez primera, lo hice con expectativas muy bajas, suponiendo que se trataba de algún churro de aquellos que tanto abundan, pero me he dado cuenta de que tiene su propia estética y, como mencioné anteriormente, su línea de crítica social.
El zombie es un símbolo de lo que somos realmente, criaturas quienes inconscientemente deambulamos por el universo tratando de prolongar nuestras efímeras existencias, seres que buscamos devorar la vida que existe en los demás para perpetuarnos sin saber exactamente por qué o para qué, tristes semovientes gregarios capaces de la más repugnante crueldad y con una mentalidad infantil que sale a relucir en los momentos más inadecuados e inesperados.
Esto y más nos presenta este género, un reflejo de nuestra sociedad, una exageración que buscaba un extrañamiento de tipo brechtiano para despertar nuestra sensibilidad hace largo rato perdida.
Así que cuando vea anunciar otro filme de zombies no lo rechace de plano ni piense que se trata únicamente de un churro del género slash, podría ser que esconda una historia que haría que el mismo Anton Chéjov se sorprendiera o que Mary Shelley sufriera más que con la pesadilla que la llevó a escribir su Moderno Prometeo, y no precisamente por la conducta de los muertos vivos sino por la de aquellos muertos en vida.
lunes, 21 de diciembre de 2009
Paréntesis: Zombie
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3 comentarios:
Por favor que alguien le regale un zombie... jajajaja
Estimada Myrcrisher:
Animate a ver "Night of the Living Dead", y la sensibilidad y la filosofía despertarán como los muertos que se levantan de sus tumbas.
Encantado de que te encante el blog.
Saludos,
Peto
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