El viernes 20 de junio recién pasado, por la noche, a las 19:30, asistí al miniconcierto de la orquesta nacional de clarinetes en la casa Ibargüen, frente al antiguo palacio de correos (que todavía funciona como tal a fin de cuentas), ahora Centro Cultural Metropolitano.
Una vez, el año pasado, me parece que fue el 21 de diciembre, había asistido, asimismo, al ensamble, único en la historia de la música de Guatemala, de 40 clarinetes, ocasión muy especial para mí, porque, entre otras cosas, de quienes tocaron esa noche, algunos son amigos míos. (Pausadito el párrafo, eh. Como rallentando...)
Pues, tan impresionante como fue en aquella ocasión el escuchar al tal ensamble, en esta, desde el punto de vista de la pedagogía musical y de la experimentación interpretativa entre otros aspectos, fue agradable escuchar a la ya instituida orquesta. Algo que me llena de júbilo, lo digo abiertamente, es ver a los niños y jóvenes ejecutando. Y como dije, a algunas de mis amistades.
El programa fue el siguiente:
Recital de cámara (por alumnos avanzados):
Preludio de La Traviatta - Verdi
Zhardas (que confundí con la palabra "charlas") - Monti
Pieza sorpresa: Super Mario Bros. (Team) - Koji Kondo (este último dato me lo pasó Alejandro Muñoz, quien estaba sentado a la par mía durante la audición)
Orquesta Nacional de Clarinetes, Director Luis Ramírez:
Serenata Nocturna: Allegro - W. A. Mozart
Sinfonía No. 1: Andante - L. V. Beethoven
Concierto para clarinete y orquesta No. 3: Allegro - K. Stamitz
Solista: Linda Carrera
Segunda Llamada - Alejandro Muñoz
Danzas folclóricas rumanas - B. Bartok
Sergio Reyes, solista:
Carnyx - Serban Nichiford
En general, fue una velada agradable. Una sola cosa en la que no coincido fue que en la parte central del concierto, la que le correspondía a la orquesta en su conjunto, se hayan colocado en el programa, tres obras del período clásico, una tras otra. La razón de lo que señalo se debe a que el público, me parece, no está listo para apreciar obras abstractas de manera sucesiva; dicho de otra manera, tiende la gente a aburrirse.
Pero, algo sobresaliente, y que definitivamente captó la atención de todos, fue la acertada participación solista de Linda Carrera, a mi criterio expresiva y bastante precisa.
El estreno de la obra del maestro Alejandro Muñoz, Segunda Llamada, fue otro atractivo de la noche, y una de las razones por las que asistí. Es su obra de tipo contemporáneo y descriptivo, podríamos decir que es hasta cierto punto nocturna. Tiene un carácter breve, adecuado para audiciones incluso didácticas. Será interesante escucharla nuevamente, en arreglos para otro tipo de agrupación.
Y el cierre del concierto fue muy intenso con una participación solista del maestro Sergio Reyes, interpretando Carnyx, obra de gran virtuosismo, en la que Reyes demostró, una vez más, porque es uno de los mejores clarinetistas de Guatemala. Excelente precisión y grande, y virtuosa, expresividad.
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