La tarea de un verdadero enamorado no es encontrar a la que es Beatriz, adornada de todas la virtudes, sino a quien lo será.
Como escribió Sabato, es el amante quien ennoblece al objeto amado; porque, como también apuntaba Sabato, podría ser que el loco amador (esto del "loco amador" no lo ponía él, es una referencia mía al "loco amor del mundo") se enamore de alguien que no lo merezca; entiéndase, de alguien sin mérito, carente de las virtudes antes mencionadas.
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