miércoles, 16 de junio de 2010

capítulo cero: el acto de desaparición

Desde que era niño, siempre me ha parecido fascinante el acto de desaparición. Claro es, cuando era niño, el acto de desaparición tenía una naturaleza distinta (para mí, en todo caso). Recuerdo una vez, en una fiesta infantil, presenciando cómo un mago hacía desaparecer a un niño dentro de una especie de armario para luego reaparecerlo. En esa ocasión me pregunté, "mientras no lo vimos, ¿adónde fue ese niño?". Parecerá una tontería pero todavía pienso al respecto; no acerca de adónde fue el niño, seguramente había una puerta secreta o algún otro truco, sino ¿adónde vamos cuando desaparecemos?

Ciertamente, a veces quisiera tener el poder no de desaparecer a otros sino de poder desaparecer yo.