domingo, 28 de septiembre de 2008

capítulo cero: el poser






A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan. Cada uno se disfraza de aquello que es por dentro -Chesterton



Inspirado por un post leído en Buscando a Syd de Maurice Echeverría, Peto (o Julio) aprendió, via una breve y concisa explicación de Wikipedia, qué es un aforismo. Y entre los ejemplos encontró uno de un tal Chesterton, el cual se encuentra al principio de este capítulo cero.



Y movió a la reflexión, en efecto.

¿Qué onda con la foto de perfil del tal Petoulqui? ¿Qué finge? ¿Es realmente así el tal Petoulqui o esa imagen es solamente una pose?

La respuestas, en orden respectivo, serían: 1) La imagen fue tomada y sugerida por Lusifergua; 2) la verdad no, Petoulqui no finge nada (tampoco Julio), simplemente que la toma fue infraganti, y el fotografiado hacía una de sus muecas habituales (tan naturalmente histriónicas como el hecho, también natural, de que Peto nunca ha sabido actuar); y 3) la última ya está respondida, pero en caso de que alguien no haya entendido (tengo algunos antecedentes acerca de ciertos capítulos ceros incomprendidos), Peto es naturalmente posero, o podríamos decir que posa de manera natural. Su afectación es natural en él y su naturaleza es afectada.

Pero, sí es importante aclarar que ni Peto ni Julio son realmente aficionados a fumar narguilé. Y, claro que les gusta beber cerveza, es su "...nena rubia, qué bellos recuerdos, aquel primer beso, aquel primer beso...", pero me reservo la marca (dejémoslo en que somos nacionalistas. Escribo "somos" porque entre Peto, Julio y un servidor, quien ahora funge como narrador, somos tres. ¡Esto sí que va a confundir a mis lectores menos comprensivos...!). Los lentes no son pose, son de prescripción médica, aún cuando debemos reconocer que siempre quisimos usarlos. Es interesante como uno, de niño, (uno soy yo, nosotros, ya saben...) tiende a admirar a estos personajes absurdos y farsantes, en mi caso al tal Superman, y termina por oposición convirtiéndose en una especie de Clark Kent (y a mucha honra), aún cuando mi apodo en cierta institución educativa, en la cual impartía clases, era, paradójica y satíricamente, "el supermán", pero de qué me quejo si a un tal Lusifergua, en la U, los patojos que lustraban zapatos, le llamaban "¡Jessuús!", y todo por usar pelo largo y barba.

Ahora bien, si Vd. quiere identificar fácilmente al tal Petoulqui, fijese en su chumpita verde olivo, último vestigio de una pseudo-ideología y de cierta decepción que parece no abandonarlo. Esa chumpita verde es, en definitiva, el símbolo de la más grande contradicción petoulquiana, no es la única, sino que es la raíz (cuándo no, generalizando...).

Se está alargando esto, pero:

"..., bien por debajo o por encima de todo eso no había querido fingir como los bohemios al uso que ese caos de bolsillo era un orden superior del espíritu o cualquier otra etiqueta igualmente podrida, y tampoco había querido aceptar que bastaba un mínimo de decencia ( ¡ decencia, joven ! ) para salir de tanto algodón manchado."Julio Cortázar. Rayuela, Capítulo 2.

Tomemos, como ejemplo, la anterior cita. Cierto, el Petoulqui es un posero natural, pero en serio, no es que se crea que su payasada es algo muy original ni nada por el estilo, y de hecho, su apariencia es así, si no accidentalmente, digamos que por efecto de la inercia de ser él mismo. Y en este punto, el aforismo (bonita palabrita, gracias Mau) de Chesterton encuentra su validez en el post que nos ocupa: el disfraz petoulquiano, en realidad es la revelación del caos interior de un servidor; no es para nada una afectación planeada. Ahora sí que, citando al Joker: "Do I really look like a guy with a plan?"

Y así, comencé como un niño que usaba una capa roja y decía, "¿por qué no volo (sic)?". Cuando tenía 20 era uno de esos fanáticos del Che (a quien ahora conozco como Ernesto Guevara de la Cerna), pero eso sí nunca tuve una playerita (puesto que nunca me ha gustado cargar encima con la cara de alguien más). Y terminé siendo uno de los admiradores de Atticus Finch (ya hablaremos acerca de esto...), escribiendo un post incomprensible-egocéntrico-narcisista-pseudoreivindicativo-y-qué-sé-yo-qué-otra-cosa-más, mientras escucho el Purgatorio de la Sinfonía Dante de Franz Liszt (por supuesto, descargado de Elcuervolopez).





Imágenes: Las primeras dos imágenes proporcionadas por Lusifergua.

6 comentarios:

Unknown dijo...

Siempre hablando de tu nena rubia, qué borrachito, pero eso ya es usual.

Anónimo dijo...

Acabo de enviarte un correo, espero lo mirés. Por otro lado, vos, que buena descripción Petoulquiana, ahora comienza a dibujarse un rostro y a desdibujarse otro, qué interesantes, ¿no?.

Saludos cordial y gracias maestro se le agradecerá ;)

Piva dijo...

Vaya, vaya, ahora son tres, me pregunto cómo figurará el cuarto. Porque reinventarse está permitido, y es evidente que para vos es importante conservar las reinvenciones cuales clones del original.

Interesante esa tripolaridad. Muy bien dicho Petoulqui,Julio y el otro, que me parece, mas bien, un August Comte.

Luis dijo...

Jaja, buen post pero debió llamarse "Julio, Peto y mi otro Yo" (lease Yo como vos, jaja)

Me llama la atención de que ya son tres personalidades. Coincido con Piva de ver como figurará una nueva personalidad, siempre y cuando no sea un clon ya que sería "La Guerra de los Petos".

Y siguiendo con mi sugerencia de nombres, el otro debería ser llamado como "El artista antes conocido como Peto".

lusifergua dijo...

Ahh el Peto adolescente, siempre adolescente... buscando definir su identidad. Interesante introspección.

Myrcrisher dijo...

Este post es en definitiva, uno de mis favoritos. Lo he leido muchas veces y simplemente me fascina: Vos, sos fascinante.