jueves, 25 de septiembre de 2008

Paréntesis: No hay ladrón que por bien no venga


El miércoles 17 de septiembre, en la noche, tuve la oportunidad de asistir a la representación de la obra teatral de Darío Fo, "No hay ladrón que por bien no venga", por el grupo de artes escénicas Humanidades, USAC, "Cuernoempanza", bajo la dirección de Jorge García "Chanfalla"; la cual se llevó a cabo en el Auditorium del Edificio S-4, sede de la Facultad de Humanidades, de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

El elenco está conformado (en orden de aparición) por: Alexis Batres (Ladrón 1), Claudia Pivaral (Mujer del Ladrón 1), Margarita Paiz (Mujer), Jorge Fajardo (Hombre), Leticia Calderón (Ana), Marco Tulio Cruz (Antonio) y Cirilo Hernández (Ladrón 2). En la mayoría de aspectos técnicos se acredita una colaboración entre director y elenco, sin embargo en la elaboración escenográfica aparece el nombre de Marilin Boror (junto con el grupo) y la musicalización y sonido corre a cargo de Carlos Camey.

Quedé más que positivamente impresionado con el trabajo de todos los integrantes de la mencionada agrupación dramática, tanto quienes aparecieron en escena como aquellos que estaban tras bambalinas. La producción, muy bien realizada, tiene varios caracteres de originalidad y demuestra gran iniciativa personal por parte de los actores y una excelente orientación por parte del director.

Ampliando el tema de la producción, tanto la escenografía como la utilería eran sencillas, pero efectivas, puesto que eran complementadas por las actuaciones, entre las cuales me llamó mucho la atención aquella de Alexis Batres, quien interpretaba al Ladrón 1, su dinamismo en escena era realmente envolvente. Todas las demás actuaciones me gustaron, fueron bastante expresivas. Según pude apreciar, los actores han logrado compenetrarse con sus personajes.

Me dio bastante gusto ver en escena a alguien a quien le tengo un especial afecto: Piva. Quien representó el papel de La Mujer del ladrón 1 (transcrito exactamente como aparece en el programa de mano). Su personaje tenía un movimiento especial en el escenario (y fuera de él).

Aún cuando no soy afín a las comedias (será por mi temperamento), ésta me gustó bastante.

Después de ver el trabajo de los miembros de Cuernoempanza no me queda más que reconocer su talento y esfuerzo, felicitarlos e instarlos a continuar asombrándonos.

Con toda seguridad le seguiré la pista a las próximas puestas en escena de los Cuernenses.


Imagen: proporcionada por Piva.

1 comentario:

Piva dijo...

Gracias por el apoyo petoulqui.

"Aún cuando no soy afin a las comedias (será por mi temperamento)..."

Sólo esa frase, mi bien aventurado tertuliano, nos abstrae al inicio de un entramado de reflexiones. Antes de referirme a vos como en caso particular, acudiré al análisis social. En estas épocas existe por parte del espectador, una demanda inagotable de comedias. Según argumentan -los pocos que apetecen una obra teatral antes del cine- "la vida ya es lo suficientemente trágica como para verla representada en el teatro". Ojo, no hablo de arte cinematográfico, hablo de las tablas, que es esencialmente distinto.
Habiendo experimentado la actuación -de forma amateur y muy recientemente- diré que la comedia es todo un reto a la actuación, precisamente por el argumento anterior. Subir a las tablas y conectar al público con la representación de la muerte trágica de un ser querido,por ejemplo, no es tan difícil como conectarlo a la comicidad. Y no hablo de la risa fácil (como lo explica Chanfalla), esa risa de origen gringoide causada por la comedia simple y barata que nos ha contagiado. Hablo de la chispa creativa de la comicidad, de la estrategia para poder contar con seriedad una historia que haga reír. Allí la dificultad y el verdadero reto teatral.

Ahora vos, como caso particular, a lo mejor aún no has sido contagiado con la risa fácil y exiges ese grado de creatividad escénica que te conecte con la comicidad.

Nota: en relación a la teoría chanfallana de la gringoide risa fácil, he de rescatar entre las generalidad a Woody Allen. Seguramente habrán mucho más para rescatar, pero de momento no se me ocurre nadie más. Por supuesto que están los clásicos como Chaplin, pero quería referirme más a lo contemporáneo.