Imagen: http://2.bp.blogspot.com/-SGwMJ-DLnok/Ty91cxLVQOI/AAAAAAAAEzY/m3XZia1R2Yk/s1600/quetzal%2B5.jpg
He retrasado esta entrada desde que comencé con este blog.
A principios de este año (2008), leí dos libros que me gustaron mucho, el primero de ellos fue "La Tía Tula", el segundo "Cómo se hace una novela"; los dos son obra de Don Miguel De Unamuno y Jugo, pero el último fue el que más me impresionó. Además, por su causa reflexioné acerca de un tema que para mí es delicado, y el cual había preferido mantener al margen: La Política.
Según lo que leí en "Cómo se hace una novela", Don Miguel me hizo entender su punto de vista, el cual desde entonces he decidido compartir, acerca de que el ser humano, así como lo planteara el, digamos, "buen" Aristóteles, es en definitiva un animal político, un zoon politikón. Y Don Miguel continúa con algo que me parece que es lo realmente importante, él escribía si mal no recuerdo que no es que haya "poesía política", es decir eso del panfleto que tan poco me gusta o interesa. No. Don Miguel decía, parafraseándole, "la poesía es política". Y así con todo lo que hacemos como entes sociales.
Continuaba su discurso, muy emotivo pero nunca menos inteligente, recordándonos que la actividad política del ser humano, además, consistía en ser un buen ciudadano, ¿y cómo se le llama a esto de ser un buen ciudadano? pues Civismo, claro es.
En estas fechas, cuando celebramos el civismo realizando actos cívicos en los establecimientos educativos, no está de más recordar, con toda la simbología que empleamos, en efecto, los símbolos patrios, que éstos son importantes en cuanto nos ayuden a forjar este civismo (esta sana convivencia). Por ello, no los descalifico, puesto que tienen su propósito, su razón de ser. Pero tampoco los sobreestimo (como nos decían en la clase de Religión cuando yo era niño, que a los santos, a las imágenes en las iglesias católicas querían decir, se les respeta pero no se les venera).
No me parecen inteligentes todas las descalificaciones a los símbolos patrios, la actitud de irreverencia que es ahora tan común, ni la tendencia iconoclasta que pretendería destruir todas las representaciones de tipo patriótico y dejarnos sin ningún punto de referencia. Las considero, además, una falta de respeto.
No es que yo esté complacido con cierta simbología, la cual evidentemente procede de la Revolución Liberal de finales del siglo XIX. Ni que crea que el proceso independentista tenía fines realmente libertarios. Tampoco es que piense que la letra del Himno Nacional responde a los intereses de todos los guatemaltecos; es más, me parece que refleja, precisamente, los sentimientos de un hombre cubano que veía a su patria aún bajo el dominio español. (Acerca de la música de nuestro himno, no tengo ninguna reserva, y la defiendo a capa y espada, eso sí)
Pero, como le digo a mis alumnos, estos son los símbolos que tenemos, y mientras no tengamos otros hemos de respetarlos. Los símbolos patrios cumplen una función integrándonos, identificándonos. Nos cubren, a todos los pueblos guatemaltecos, como una misma chamarra. Además, algunos como el quetzal y la marimba son hermosos y de un profundo significado.
En cuanto al respeto, yo sostengo que es un valor integral, no podemos hablar de respeto si no respetamos. En caso contrario, ¿de qué respeto es que hablamos? ¿Ese que exige consideración para sí pero que pisotea los derechos de los demás, incluso por una supuesta causa justa?
8 comentarios:
Veo que tu mapa de visitas está creciendo bien por vos!
Es increíble verdad?, no había pensado en el papel de identificación que hacen los símbolos. La neta que no lo había pensado.
Hola Peotoulqui: Creo mucho en esa frase que reza: "Una imagen, vale más que mil palabras", en ese respecto versa el protagonismo del símblo, que en sí es ícono, el símbolo crea identidad; igual es en la literatura, cada escritor tiene su firma, como los laberintos de Borges, las gafas de woody Allen, o Petoulqui con una jarra de cerveza o fumando en una narguila, escribiendo con sus regresiones temporales que provocan un "memento" como juego-abnesia de la memoria del espectador o lector mejor dicho. La suma de imágenes crea eso que llamamos INCONSCIENTE COLECTIVO, del cual se valen muy inteligentemente los publicistas que a diario nos bombardean con su semiología tan bien seleccionada, Y VAYA QUE EL GUATEMALTECO NO TIENE UN IMAGINARIO COLECTIVO. Un "jingle" de B&B está fuera de tono en Semana Santa. Hasta la imágen tiene su lugar. Con respecto al respeto, CREO QUE ES INTEGRAL, vos lo ha dicho o lo has transcrito, por ejemplo el día 14 de sept. Nosotros iba de paseo y de un bus escolar atorado de banderas, unos estudiantes de un colegio departamental, nos lanzaron una bolsa con agua y nos maltrataron... ¿Qué civismo no crees?. Pero el guatemalteco es tan de imágenes, nuestro imaginario es tan rico, por eso no leemos mucho, somos más de la imágen y por ende e ahí la adoración iconográfica, que es algo que nos diferencia del europeo, el cual juega con la frialdad "cerebral", ambas tiene pro y contra. Gracias por el espacio de opinión y saludos.
Fe de erratas: imagen no lleva tilde, mulada del Cero.
Filis:
Crecen las apariciones en el mapa de visitas y siguen los pocos comentarios. Pero aquí le vamos al lema, "de lo bueno, poco" (esa nigua, como decimos nosotros, Maestra).
Sí, qué onda con los símbolos, no es cierto.
Bueno leer uno de tus comentarios.
Ciudadano cero:
He de decir que me parece interesante tu reflexión en este espacio. Justamente esa era la idea de este post, generar opinión.
En efecto, somos muy de imagen por aquí. Y tenés razón, "qué civismo" el de los muchachos de la bolsa de agua. La incongruencia total, ¿o será más bien que es el resultado congruente de la educación que estamos realizando en nuestro país?
Mea culpa...
Interesante esto del cero. Me gusta bastante este número. Un día encontré algo que me gustó más aún: el cero no tiene ordinal. Es un número curioso, ciertamente.
Acerca de Petoulqui con la jarra de cerveza o fumando en una narguila, ya será tema de un futuro post. A ver si mueve también a la reflexión.
Saludos,
Peto
...el Gobierno debe temerle a su pueblo."
(...)
"Un edificio es un símbolo. El acto de destruirlo también. El pueblo da poder a los símbolos. Solo, un símbolo no significa nada, pero con bastante gente, volar un edificio puede cambiar el mundo"*
*Frase tomada de la película "V for Vendetta" del director James McTeigue.
Esto me lo acabo de robar de un post de mi compadre:
http://comodecirtecomocontarte.blogspot.com/ Pero me parece muy acertado con tu post.
Cero:
Y V de Vendetta es uno de mis filmes favoritos. Así que más acertado todavía.
Saludos,
Peto
Veo que compartimos el "V for Vendetta".
Yo siento apatía por los símbolos patrios, vos lo sabés. Creo que son vacíos, no me sirven si no llevan el trasfondo de la actitud. No me sirve la bandera multiplicada hasta la saciedad en un bus si la gente (que es la que hace la patria) va tirando mierda a los demás. No me sirve un himno bello que diga cosas bonitas si no hacemos las cosas que están escritas en la letra. Por eso no lo canto, ni yo ni nadie engrandecemos esta patria lo suficiente como para cantar de corazón semejante himno.
Mis símbolos patrios son más abstractos, están en formación, ojalá algún día se terminen de forjar, por nuestro bien como nación.
Lusi:
Sí, somos varios los fans de V for Vendetta.
Y otro sí, conozco tu postura y la respeto. Insisto que mi perspectiva es generalmente la del docente, ya sabés.
Saludos,
Peto
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