Otros criticaron el águila calva, diciendo que parecía más bien un dindon o pavo. En cuanto a mí, yo desearía que no hubiesen elegido el águila como símbolo de este país; es un pájaro que tiene mal carácter moral; no obtiene su alimento de una manera honrada; tal vez tú le hayas visto alguna vez posado en algún árbol seco, cerca del río, donde no queriendo molestarse en pescar por su cuenta atiende al trabajo del halcón pescador, y cuando este pájaro diligente ha atrapado algo y se lo lleva al nido para alimentar a su compañera y a sus crías, el águila calva lo persigue y le arrebata la presa. Considerando esta injusticia, no se la puede defender; sin embargo, como tantos hombres que viven de la trampa y del robo, está generalmente pobre y llena de piojos. Además es cobarde; el guardarrío, que no es mayor que un vencejo, la ataca con denuedo y le arroja de su distrito.
Franklin, Benjamín. Autobiografía y otros escritos. México: Editorial Porrúa, 2009. p. 256
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