"No, son zopilotes. Están buscando qué comer."
"¿Cómo sabés?", me volvió a preguntar.
"Porque vuelan en círculos cuando ya encontraron algo. Y estos están volando de un extremo a otro."
"¿Buscan algo como un zanate muerto?"
"Puede ser... en todo caso algo muerto...", le respondí y agregué, "... o algo que ya no pueda defenderse...", mientras recordaba esa novela de Asturias que nunca me gustó.
"Qué triste."
"¿Qué cosa?", le pregunté yo esta vez.
"La vida."
Pensé que se habría entristecido un poco. Me sorprendió que tomara conciencia de la muerte.
Pero, como en cualquier composición musical que no sea monótona, hubo pronto un cambio de aire...
"Mirá, qué bolsitas tan bonitas venden ahí..."
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